25 noviembre 2007

¿Es el camino?

Recien llegado del Calderón, todavía recuperándome del fresquito de esta tarde-noche y, como no, del vibrante partido de hoy. Vale que estamos acostumbrados a sufrir, vale que es lo nuestro, pero lo de las últimas semanas empieza a superarme. Acepto que el espectáculo ha mejorado; lo ha hecho infinitamente. Hemos pasado de ir al campo a echarnos la siesta después de la paella del domingo a ver Fútbol, así, con mayúsculas. Goles, goles y goles. La táctica y la racanería, en el vestuario, no hay sitio para ellas en el Calderón. Salimos el campo y mostramos nuestras cartas: señores, esto va a ser un correcalles, vamos a morir matando, que haya suerte. Y el de enfrente, que se anima, recoge el guante y a correr. Y en la grada, a disfrutar.

Hasta Aguirre, al que tanto se ha tachado de amarrategui, ha abrazado ciegamente el planteamiento y no le tiembla el pulso a la hora de sacar delantero tras delantero al campo. Parece haber asumido como perdida la causa de tratar de remediar el medio campo atlético, esa lacra que arrastramos desde hace más de un lustro, y, a cambio, se ha rendido a la lucha a pecho descubierto. Al metamos uno más que el rival.

Se pasa bien, para qué engañarnos. Han sido muchos años sin ver fútbol en este campo. Pero la duda acaba por surgir, ¿vale este planteamiento para llegar a cotas mayores? ¿Es lícito pensar en clasificarnos por fin para la Champions e incluso optar a soñar con hacer algo importante en la Liga con este planteamiento tan primario? En definitiva, ¿es el camino? No tengo respuesta. O sí: a la vista de cómo han transcurrido los últimos encuentros parece obvio que para mantener como filosofía de juego esta batalla abierta de minuto 1 a minuto 90 son necesarios algunos cambios. Cambios, cómo no, en la línea de atrás. Hipotecar todo lo bueno que tenemos delante con todas las limitaciones que arrastramos atrás es de locos.

El partido con el Valladolid fue un calco al del Villareal. Intercambio de golpe tras golpe. El balón loco de portería a portería. El medio campo de unos y otros tocando a la carga. Sin tregua. La suerte, esta vez, nos favoreció. Y aunque después de una victoria como esta uno sale inmenso del estadio, lo cierto es que el análisis sereno incita a pensar que estuvimos a punto de perder un partido ante un rival inferior. Somos mejores que el Valladolid, pero este correcalles de patio de colegio y esta defensa de cristal que tenemos empequeñece la diferencia entre las dos plantillas. Los goles que nos hicieron, una vez más, dejaron en evidencias las enormes limitaciones de nuestra zaga. Desesperan, sacan de quicio. De medio campo para arriba, por el contrario, de cine. Hasta Maniche se ha animado y hoy pudimos ver el que probablemente haya sido su mejor partido como rojiblanco. Pero surge la duda, esa duda... ¿es el camino bueno? ¿Qué pasará jugando así ante rivales de mayor categoría? ¿Es un modelo sostenible en el tiempo?

No puedo evitar acordarme de aquel partido ante el Salamanca de la temporada 97/98: cuatro goles de Vieri (dos de ellos a falta de cinco minutos, remontando un 4-2) y a casa con un 5-4 final (gol de la derrota en el minuto 90) y una cara de tontos difícil de quitar. El cabreo del italiano, de categoría, a punto de liarse a bofetadas con Andrei. ¿Vamos en esa dirección?

Por el momento, disfrutemos de estos tres puntitos. Esta vez la jugada nos ha salido bien. Y nos lo hemos pasado como enanos, para qué negarlo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahora mismo, el equipo está un poco desquiciado, porque después de haber arrastrado problemas en el ataque durante tantos años (el único que atacaba era Torres, y deja de contar), ahora la parte ofensiva funciona como la seda, pero la defensa está cometiendo unas pifias monumentales, impensables en la que, el año pasado, era la defensa más segura de la Liga. La gente dice que la culpa es de los mediocampistas, que al unirse tanto al ataque dejan demasiados huecos en el centro, y que los defensas no pueden contener tanto aluvión. Sin embargo, el problema el año pasado era que los centrocampistas se limitaban a destruir, sin tener ni idea de lo que hacer con el balón una vez que lo robaban; tenía que bajar Torres e inventarse algo para llevar el ataque. Es lógico que anden un poco desquiciados, y ya no se sepa que hacer.

Supongo que este invierno se fichará a alguien que refuerce la defensa. Pero no me parece normal que, ahora que funciona bien el ataque, la defensa cometa esas pificas. Al fin y al cabo, Pablo y Perea fueron considerados la mejor pareja de centrales hace dos o tres años; y la defensa del Atleti fue la más segura de la Liga el año pasado (si descontamos la vuelta, que ya por entonces empezaron a pifiarla...)No entiendo lo que está pasando aquí. No es normal que, por primera vez en muchos años, el Atlético marque tres o cuatro goles en cinco partidos seguidos; pero que sólo coseche una victoria, porque la defensa deje que le metan cinco.

Anónimo dijo...

Suena a que nos quejamos de vicio, tantos años sin meter goles y ahora que lo hacemos nos quejamos de la defensa. Pero es la verdad, es dificil pensar en hacer cosas importantes si te meten 3 o 4 todos los dias.