30 noviembre 2007

Y otros dos...

... del Niño, salvando a su equipo de la eliminación y a su técnico de una destitución casi segura en csao de derrota. Por momentos imaginé al Liverpool fuera de la Champions, obligado a jugar la UEFA y llegando a la final con el atleti. ¿Cómo lo llevaría Torres?

Sólo dos en una noche de batalla

Partido sobrio, sin locuras. Nos sabíamos superiores pero había que demostrarlo en el campo y así se hizo, sin alardes. Me gustó el equilibrio defensivo en el medio campo que aporta Motta. Difícil se lo va a poner a Aguirre. Santana, por el contrario, sigue desaparecido y desperdiciando una oportunidad tras otra de reivindicarse y de luchar por un puesto en el once titular.

La noticia, más que en el terreno de juego habría que buscarla en los aledaños del estadio; los escoceses la liaron bien buena y el que aquí le da a la tecla a punto estuvo de llevarse de recuerdo un disgusto en forma de bengala en el craneo; apenas me pasó a veinte centímetros la que un energúmeno, descamisado y mini de cerveza en ristre, nos lanzó a un grupo que, pacíficamente, tratábamos de atravesar el campo de batalla para acceder al recinto. No entiendo como todavía no se toman medidas para controlar estos grupos descontrolados que aprovechan sistemáticamente las salidas de sus equipos para emborracharse y armar bronca.

La policia actuó con contundencia, pero tarde. Como suele pasar en estos casos arrearon más a los que pasaban por allí en ese momento que a los que realmente eran el problema. Alguna vez utilizarán la cabeza y aplicarán aquello del más vale prevenir que lamentar. ¿Tan difícil es adivinar que si 3.000 escoceses aterrizan en Madrid, la mitad de ellos sin ni tan siquiera tener entrada para el partido, agotando a lo largo de día con todas las reservas de cerveza de la provincia, van a terminar por liarla?

25 noviembre 2007

¿Es el camino?

Recien llegado del Calderón, todavía recuperándome del fresquito de esta tarde-noche y, como no, del vibrante partido de hoy. Vale que estamos acostumbrados a sufrir, vale que es lo nuestro, pero lo de las últimas semanas empieza a superarme. Acepto que el espectáculo ha mejorado; lo ha hecho infinitamente. Hemos pasado de ir al campo a echarnos la siesta después de la paella del domingo a ver Fútbol, así, con mayúsculas. Goles, goles y goles. La táctica y la racanería, en el vestuario, no hay sitio para ellas en el Calderón. Salimos el campo y mostramos nuestras cartas: señores, esto va a ser un correcalles, vamos a morir matando, que haya suerte. Y el de enfrente, que se anima, recoge el guante y a correr. Y en la grada, a disfrutar.

Hasta Aguirre, al que tanto se ha tachado de amarrategui, ha abrazado ciegamente el planteamiento y no le tiembla el pulso a la hora de sacar delantero tras delantero al campo. Parece haber asumido como perdida la causa de tratar de remediar el medio campo atlético, esa lacra que arrastramos desde hace más de un lustro, y, a cambio, se ha rendido a la lucha a pecho descubierto. Al metamos uno más que el rival.

Se pasa bien, para qué engañarnos. Han sido muchos años sin ver fútbol en este campo. Pero la duda acaba por surgir, ¿vale este planteamiento para llegar a cotas mayores? ¿Es lícito pensar en clasificarnos por fin para la Champions e incluso optar a soñar con hacer algo importante en la Liga con este planteamiento tan primario? En definitiva, ¿es el camino? No tengo respuesta. O sí: a la vista de cómo han transcurrido los últimos encuentros parece obvio que para mantener como filosofía de juego esta batalla abierta de minuto 1 a minuto 90 son necesarios algunos cambios. Cambios, cómo no, en la línea de atrás. Hipotecar todo lo bueno que tenemos delante con todas las limitaciones que arrastramos atrás es de locos.

El partido con el Valladolid fue un calco al del Villareal. Intercambio de golpe tras golpe. El balón loco de portería a portería. El medio campo de unos y otros tocando a la carga. Sin tregua. La suerte, esta vez, nos favoreció. Y aunque después de una victoria como esta uno sale inmenso del estadio, lo cierto es que el análisis sereno incita a pensar que estuvimos a punto de perder un partido ante un rival inferior. Somos mejores que el Valladolid, pero este correcalles de patio de colegio y esta defensa de cristal que tenemos empequeñece la diferencia entre las dos plantillas. Los goles que nos hicieron, una vez más, dejaron en evidencias las enormes limitaciones de nuestra zaga. Desesperan, sacan de quicio. De medio campo para arriba, por el contrario, de cine. Hasta Maniche se ha animado y hoy pudimos ver el que probablemente haya sido su mejor partido como rojiblanco. Pero surge la duda, esa duda... ¿es el camino bueno? ¿Qué pasará jugando así ante rivales de mayor categoría? ¿Es un modelo sostenible en el tiempo?

No puedo evitar acordarme de aquel partido ante el Salamanca de la temporada 97/98: cuatro goles de Vieri (dos de ellos a falta de cinco minutos, remontando un 4-2) y a casa con un 5-4 final (gol de la derrota en el minuto 90) y una cara de tontos difícil de quitar. El cabreo del italiano, de categoría, a punto de liarse a bofetadas con Andrei. ¿Vamos en esa dirección?

Por el momento, disfrutemos de estos tres puntitos. Esta vez la jugada nos ha salido bien. Y nos lo hemos pasado como enanos, para qué negarlo.

21 noviembre 2007

Sí podemos, Fabiano, sí podemos

Fabiano Eller en rueda de prensa en relación a la persecución que, a su juicio, es sometido por ciertos medios de comunicación: "Se está hablando muy mal de mí. No pueden decir que soy malo si no juego."

Te equivocas Fabiano, sí pueden, sí podemos. Simplemente, no das la talla para jugar en este equipo. Y no es cuestión de actitud, ni de motivación. Sencillamente, eres muy malo jugando al fútbol. Da igual que, para descanso de todos, te estén dando pocos minutos esta temporada. Basta con ver cómo te desenvuelves en el campo un cuarto de hora (¿tanto?) para darse cuenta de que defiendes como se hacía en el patio de mi colegio. Y el atleti, por muchos palos que nos hayamos llevado estos años, no es un equipo de ese nivel. La pregunta, como en otros mil casos anteriores al tuyo, es quién vio qué en ti para ficharte. O quizá cuánto se llevó por hacerlo, porque uno llega a pensar mal con los años.

17 noviembre 2007

Vaya parejita

Hace un par de días, haciendo zapping de canal en canal, topé con un programa deportivo (no me preguntéis cual) en el que entrevistaban a la par a nuestros dos más grandes jugadores de los últimos treinta años: Fernado Torres y Paolo Futre.

Los años pasan y son ya bastantes los que no llegaron a disfrutar del juego de Paolo o, a lo sumo, la imagen que tienen en su retina es la de aquella vergonzante maniobra de Antic convenciéndole para que, estando ya retirado del fútbol activo, volviese a vestirse de corto para luego darle cuatro minutos por partido.

A lo largo de los últimos meses hemos repetido una y otra vez que no olvidaremos lo que el Niño ha representado para este club los últimos años. Pues bien, somos muchos los que tampoco olvidamos lo que Futre significó en su día.

Llegó de la mano del entonces candidato Jesús Gil con la vitola de campeón de Europa con el Oporto, donde hacía cosas como esta:






Jugadas que repitió, para deleite de la grada, durante las temporadas que pasó con nosotros, implicado como el que más con el equipo y haciendo suyos, hasta la médula, nuestros colores. En unos tiempos en los que la alineación del atli parecía sacada de un equipo de colegio (jugaban Manolo, Tomás, Alfredo, Pedro...), Futre brillaba con luz propia como lo que era, un auténtico galáctico y, probablemente, el mejor jugador portugués de la historia con permiso de Eusebio. Sí, por delante de Figo.

Inolvidable el gol al Madrid en la final de copa de la temporada 91-92:






Pero siempre me quedaré, por delante de sus goles, de sus jugadas imposibles, sus míticos encontronazos con Buyo, sus pisicinazos en el área, con ese sentimiento atlético hecho jugador. No vino de la cantera, pero viéndole jugar entendías que era uno de los nuestros. Paolo, también a ti te echamos de menos.

12 noviembre 2007

Puntito y gracias

Aunque pudimos ganar en el último suspiro con el lanzamiento de falta de Antonio López al larguero, lo cierto es que debemos darnos con un canto en los dientes por el puntito arrancado en casa del Almería.

Nos dieron un baño. Así de claro. Y aunque no consiguieron hacer gol ni de penalty, lo cierto es que jugaron con nuestra defensa como lo harían con niños de parvulario. Su entrenador, Unai Emery, consciente de la sequía goleadora que atraviesa su equipo desde hace jornadas hasta llegó a jugarse una cena para treinta personas a que su equipo coneguiría al menos un tanto. Viendo el partido, el juego que desplegaron y las oportunidades que crearon, no me atrevería a pedirle que hiciese efectivo el pago de la apuesta. El partido fue suyo de principio a fin y sólo ellos merecieron la victoria, si no la consiguieron es únicamente porque sus delanteros tienen hoy menos gol que nuestra defensa consistencia, que ya es decir.

Son ya varios los posts consecutivos que llevo publicados volviendo una y otra vez a la endeblez de nuestra línea de atrás. Lejos de mejorar, parecen empeñados en hacerlo cada partido un poquito peor que el anterior, contradiciendo a aquellos que afirman, jornada tras jornada, que no se puede defender peor de lo que lo hace el atleti. Domingo a domingo vemos que sí, que es posible.

Quedó ayer claro también que a día de hoy la presencia de Raúl García en la medular es imprescindible; Cleber está lejos de su nivel y Motta anda todavía en proceso de recuperación.

Por lo demás, nos agarramos a la figura y a las genialidades del Kun, que a punto estuvo de liarla él solito. Pero ya sabemos que eso de depender de un único jugador no conduce a grandes resultados, por bueno que éste sea.

¿Nos desinflamos?

04 noviembre 2007

Oportunidad perdida

Estábamos ahí. Durante buena parte de la jornada nos veíamos no ya cómodamente asentados en puestos champions, sino que hasta podíamos empezar a soñar con cotas mayores mirando esa clasificación provisional con nuestro atleti a dos puntos del liderazgo.

Y entonces, nos despertaron y volvimos a la cruda realidad. Esa realidad en la que nuestra defensa continúa siendo de verbena, cada día que pasa peor todavía que el precedente. Y la grada al borde de la desesperación. Siete goles en dos partidos en casa es una cifra que lo dice todo, tanto, que hasta hace olvidar los siete a favor en esos mismos encuentros.

Diciembre está ahí. Es el run-run de la grada. Hay que meter tijera y dar un buen lavado de cara a toda la zaga si queremos de verdad aspirar a algo este año. El Kun y compañía están arriba que se salen, pero el fútbol, como dijo aquel, se construye desde atrás. Y los cimientos de este equipo son muy débiles, amenazan ruina.

Qué lástima. Uno mira la clasificación, lo que pudo haber sido y lo que fue, cómo transcurrió el encuentro y cómo terminó...

01 noviembre 2007

Primer examen, aprobado y con nota

Partidazo el que disfrutamos ayer en el Calderón. Un ida y vuelta sin tregua en el que el espectador disfrutó como un enano. Y tres puntos al bolsillo que pueden resultar claves al finalizar el campeonato. Poco importa que le defensa siga siendo de mantequilla, que la baja de Pablo y la entrada en la alineación en su lugarde Zé Castro nos complicase más el partido que cualquiera de los delanteros sevillistas. Arriba seguimos sencillamente demoledores y podemos permitirnos el lujo de plantear los encuentros al más puto estilo "vamos a ver quién marca más".

Lo negativo, que también lo hubo; Forlán tres semanas fuera y el Kun (una vez más, excepcional) duda para el partido del Villareal, nuestra segunda final de la semana. Otro triunfo nos asentaría ya en puestos Champions. Pero, aun con todo lo bueno que tenemos de medio campo para adelante, aun con un Maxi que vuelve a ser el que era, no me gustaría afrontar este partido sin ninguna de nuestras dos proncipales referencias ofensivas en la enfermería.

PD: Sí, fuimos muchos los que en el campo, con el gol de Maxi, comentamos aquello de "lo ha metido a lo Torres".