28 abril 2009

Necesitamos Fernandos

Es obvio que siempre creí un grave error el traspaso de Torres. Cuando arrancamos nuestra breve pero intensa aventura de tratar de movilizar al aficionado atlético para evitar la salida del que entonces era capitán de la primera plantilla y referente indiscutible del equipo vislumbrábamos lo que hoy es ya para todos una triste realidad: no queda traza de nuestra identidad en el atleti de hoy.


La apuesta de dejar ir a Torres a cambio de un puñado de millones que nos permitiese fichar a un par de jugadores de relumbrón no ha dado ningún resultado. Positivo, al menos. A cambio, hemos descapitalizado al club de su bien más preciado: de su espíritu.

Cuando uno revisa la alineación jornada tras jornada y comprueba que apenas uno o dos jugadores de la casa se asoman a ella de manera muy puntual; cuando la inmensa mayoría de la plantilla mamó siguiendo a River, al Benfica o cualquier otro pero no a los nuestros; cuando hay domingos en los que la única seña con denominación de origen español en el equipo es la banderita de la camiseta; con todo ello, ¿quién puede sorprenderse de que la plantila no sienta como algo especial esa camiseta que visten? ¿quién puede esperar más de ellos que lo que puede esperarse del funcionario que te atiende displicente tras una ventanilla?

Escribo esto mientras veo el Barcelona-Chelsea: Valdés, Puyol, Piqué, Xavi, Iniesta y Bojan. Seis canteranos en el campo en las semifinales de la Champions. ¿Alguien duda del compromiso de ese grupo? 

El camino no era vender a Fernando. El camino es tener más Fernandos.

27 abril 2009

Del Bosque, cabrón, Mariano selección

Ese grito, Mariano, selecciónfue lo mejor del partido. Con eso queda dicho todo. Y es que a estas alturas de campeonato sólo nos queda recurrir al humor para sobrellevar lo que hay que aguantar en el Calderón cada quince días. Cada vez somos menos los que tenemos la santa paciencia de acercarnos al estadio; hacía tiempo que no veía las gradas tan despobladas como ayer. Y, lógicamente, los que tenemos todavía los arrestos de ir no vamos precisamente con una sonrisa en la boca. Quizá alguno la lleve; se le quita a los pocos minutos al ver que aquello no tiene solución.


No es que Pernía tenga la culpa de todos nuestros males, pero representa a la perfección la mediocridad en la que se ha convertido el equipo. En la tele puede que alguno hasta engañe. En el campo, en vivo, donde de verdad salen a relucir las virtudes y defectos de cada uno, la inmensa mayoría salen retratados. En sólo unos minutos cualquiera percibe que la práctica totalidad de la plantilla sencillamente no sabe jugar al fútbol. Se nota en esos controles con la espinilla, en ese pase de ocho metros que una y otra vez va al jugador rival, en ese disparo franco que se va cuatro metros fuera. Y se ve tan fácil que se me llevan los diablos.

Ayer hubo bronca en el Calderón. Pero fue poca cosa teniendo en cuenta lo que se merece esa banda. Estamos hartos. Jugadores, técnicos y directivos, no estais a la altura de este club. Definitivamente ha llegado la hora de un cambio. De una revolución.

25 abril 2009

Qué mala es la envidia

Tanto tiempo sin pasar por aquí y qué pena hacerlo en la situación en la que nuestro atleti anda estos días. No hablo ya sólo del partido de ayer con el Racing, al fin y al cabo no ha sido más que uno más de una larga, larga lista de despropósitos. Ha dolido, pero ya hay callo. Lo que realmente encuentro triste es que esta mañana me he descubierto a mí mismo siguiendo con envidia el resumen del partido del Madrid con el Getafe. 


Ataques psicópatas de Pepe al margen, lo cierto es que los jugadores del Madrid dieron toda una lección de entrega. La liga se les escapaba y se la jugaron, pusieron todo lo que tenían, absolutamente todo lo que tenían, y la cosa salió bien.

Que nadie se escandalice, los que me han leído antes saben que no soy sospechoso de vikinguitis, pero al César lo que es del César: esos tipos le echan narices, todos a una, como un equipo, muy lejos, a distancia sideral, de esa imagen de banda que transmiten los nuestros. Una palabra: compromiso. Eso es lo que falta a los jugadores del atleti de hoy. Y sin eso, no se va a ningún sitio. Mucho menos a la Champions.

Así que mea culpa: envidio al Madrid. No por sus jugadores, para eso me quedaría con el Barça, sino por ese espíritu que hoy por hoy ellos tienen y nosotros no. Y duele porque hubo un día en el que nosotros también lo tuvimos. Lo ví en las carreras por la banda de Futre; en los arreones del Cholo; en los sprints del Niño. Hoy no queda nada de aquello, de aquel sentimiento, de aquella raza. El terreno de juego del Calderón se ha convertido en un páramo. 

Hoy, cuando se cuentan con los dedos de media mano el número de jugadores de la casa; cuando el vestuario parece una sucursal de la ONU; cuando se fichan una y otra vez funcionarios para los que jugar aquí es lo mismo a jugar en cualquier otro sitio; hoy, este atleti no es mi atleti.

Y eso sí duele.