04 enero 2010

¿Año nuevo vida nueva?

Juguemos a ser optimistas, el regalo de ayer, a última hora, lo merece. Hacía tiempo que no se vivía algo parecido en el Calderón como lo que tuvimos la fortuna de presenciar ayer. Tras el gol, minuto 94, vi felicidad, vi rabia, vi, sobre todo, ganas de salir de donde estamos. Y lo vi en la grada y en el campo.


En realidad, seamos honestos, el run-run del estadio hasta ese instante iba por otros derroteros: rival con un jugador menos, encuentro a punto de terminar, falta en contra peligrosísima cometida por Antonio López... quién más, quién menos, todos nos temíamos lo peor. No sería la primera vez. Ni la quinta, ni la sexta.

Y, por una vez, no sólo nos salvamos sino que aún tuvimos la suerte de cara en la última jugada del partido. Probablemente el último gol de Antonio López de rojiblanco (salvaba así un desempeño horrible a lo largo de todo el encuentro, en línea con el que ha mostrado los dos últimos años y que justifica plenamente que reforzar esa posición sea vital).

¿Estará cambiando algo?

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