15 enero 2010

Papá, ¿por qué somos del Atleti?

Por noches como la de ayer, hijo. Una noche que los que tuvimos la suerte de disfrutar en el campo, pasando frío y todavía con la mosca detrás de la oreja después del partido de ida, no olvidaremos en mucho tiempo.


Decía Quique eso de que en la selva todos corren y que había que correr. Y corrimos. Los koalas que llevamos soportando tanto tiempo salieron transformados en leones. Y no sólo eso. La tocaron, se apoyaron. Como un equipo. Y luego estaba el Kun. Bola que tocaba bola que al rival parecía que le temblaban las piernas. Y el resto, que sólo se parecían a las sombras que habitualmente deambulan por el Calderón en el número de dorsal.

Claro que no podía ser fácil. Aún con el 4-0 no nos fiábamos. Y Assunçao vino a darnos la razón. Regala el 4-1 que nos dejaba fuera y consigue que le expulsen. En minuto y medio, no es tan fácil como parece. Debe ser que quiere ponerl fácil a Quique meter a Tiago en el equipo.

De los últimos minutos qué puedo decir. Con el golazo de Simao sentí temblar los cimientos del estadio. Y eso que no debíamos ser más de 25.000 los que alí estábamos dejándonos la garganta. Hoy todos afónicos, claro.

¿Que por qué somos del atelti? Porque cuando queremos somos los más grandes. Por eso.

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