Frío. Sopor. Y victoria ante un equipo, el Osasuna, que últimamente sólo nos daba disgustos. Jugando con diez para darle algo más de mérito. Lo positivo, que atrás las cosas empiezan a coger forma. Los sobresaltos que antes eran norma comienzan a ser puntuales. Hasta Perea parece volver a mostrar su lado bueno. Lo negativo, el manifiesto cansancio que acumulan los de arriba: Kun y sobre todo Forlán parecen salir al campo con la lengua fuera. Nos cuesta un mundo marcar.
Se echó de menos a Reyes, el único de medio campo para arriba auténticamente desequilibrante durante el último mes. Pero más se nota la ausencia de Tiago, el único capaz de poner un poco de pausa y toque en el mediocampo del equipo no en el último mes, sino en años.
La victoria nos coloca, por primera vez en algún tiempo, más cerca de Europa que del descenso. 8 puntos nos separan de la Uefa y 12 de la Champions. 13 jornadas por delante. Mucho por jugar todavía.
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