17 septiembre 2007

Campeones

No, lógicamente no hablo del atleti. Me refiero, claro, a nuestra selección de baloncesto. Este fin de semana he tenido la inmensa suerte de asistir en directo a la semifinal y final del campeonato de Europa. Un buen amigo (un gran amigo, qué coño) me llamó el jueves para ofrecerme una invitación; compromisos profesionales le impedían asistir y pensó en mí. Acepté en el acto, claro está. Y allí me fui, a tres butacas del señor Pedro Almodóvar, que entender no entendía mucho (buenísimo cuando al poco de empezar la semifinal pregunta al tipo que se sentaba a su lado eso de ¿cómo funciona lo del fuera de juego?), pero que se lo pasó, al igual que el resto del público que atiborraba la cancha, como un enano.

Perdimos, sí. Pero qué dos partidos. Qué equipo. Por una horas saboreé lo que es ver y seguir a unos ganadores. Qué diferencia con la habitual frustración del Calderón. Supongo que es así como los madridistas y culés viven el fútbol. Os lo aseguro, sentí envidia.

Fue duro perder, ver la angustia en los rostros de esos gladiadores modernos al haber defraudado a tantos miles. No deberían, no lo han hecho. ¿Llegaremos alguna vez a vivir algo parecido con nuestro atleti?

PD: No, del partido contra el Murcia, mejor ni hablamos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

También estuve allí, aunque más lejos del famoseo...

Me lo pasé como un enano, ambientazo.

Lástima de final.